lunes, 12 de agosto de 2013

Espinacas en su jugo



Este verano está siendo un buen verano, aunque hoy volvemos al (otro) trabajo y no podemos evitar un cierto halo de tristeza post-vacacional. Pero esta semana pasada hemos vivido importantes y alegres acontecimientos familiares (hemos dado la bienvenida a un nuevo miembro, que nos ha convertido en El Tio Pep al cuadrado) y hemos celebrado un curioso evento gastronómico (una comida del alto imperio romano muy bien documentada de la que os hablaremos un día de estos). Unos baños de Mediterráneo por aquí, unas cerves en buena compañía por allá, unos bailoteos en cierto festival, una barbacoa entre amigos algún domingo que otro...en fin, que ya paro, porque esto corre el riesgo de convertirse en "otro despreocupado y falsamente optimista anuncio veraniego de cerveza". Pero entre estas y otras cosas, el balance de lo que llevamos de verano no puede ser sino muy positivo.

Volvemos, pues, con energías renovadas en mitad del tórrido mes de agosto con esta receta sencilla y resultona, verdulera total, sana, sabrosa y más fácil imposible. Mejor no os la puedo vender. En esta época que lo último que apetece es meterse largas horas en la cocina, un plato que se hace en veinte minutos, y si compras las espinacas de bolsa ya limpias y troceadas, en quince. Estas espinacas, que podrían haber sido perfectamente acelgas, se llevan comiendo en mi casa de toda la vida, porque además son ideales para que los niños no renieguen de comer verduras. Y para los jóvenes adultos "despreocupados y falsamente optimistas" también son una buena opción de lunes, un contrapunto ideal para un finde de excesos, aunque os va a apetecer mojar toneladas de pan en ese jugo maravilloso que dejan. 

Bueno, ¿vamos al tema? 


Ingredientes (para 4)

1 kg de espinacas (o dos bolsas de 300 gr, de las que ya vienen arregladas)
1 tomate muy maduro, grande, o dos pequeños.
1 cebolla tierna
1 diente de ajo
aceite, sal

Preparación:

1. Pon música y limpia y trocea las espinacas, o bien abre las bolsas y echa un vistazo por si hubiera alguna hoja para desechar.
2. Pica finamente la cebolla. Lo más finamente posible, si lo prefieres rallála 
3. Añade un chorrito de aceite en una olla de buen diámetro. Ponla a fuego medio.
4 Añade la cebolla al aceite cuando esté algo caliente. Rehoga cinco minutos.
5. Lamina el ajo lo más fino posible. Añádelo.  
6. Ralla el tomate. Añádelo. Da unas vueltas con la cebolla.
7. Añade las espinacas a la olla. No te preocupes si parece que vayan a sobresalir. Tapa la olla apretando si hace falta las espinacas.
8. Deja tres minutos y remueve. Verás que empiezan a perder volumen.
9. Vuelve a repetir 8. Sala al gusto. Ve removiendo de vez en cuando hasta el punto de cocción que más te guste, aunque nunca deberían ser más de diez minutos.
10. Deja que se templen o sirve inmediatamente, como prefieras. Veréis que buena relación calidad-dificultad-precio.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por el nuevo miembro de la familia!!! Es guapísimo, doy fe :)
    Buenísima receta, que tendré que hacer con acelgas porque a mi marido no le gustan las espinacas. Y la haré seguro porque una receta así de fácil y rápida te salva media cena.
    Esperando a tu próxima receta...

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    1. Pues ya me contarás qué tal la versión con acelgas. A mi me pasa al contrario y me encantan las espinacas, pero encuentro las acelgas muy insípidas. Manía personal. Gracias como siempre por pasarte por aquí. Un saludo!

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