domingo, 28 de agosto de 2016

Asalto sorpresa: Crujiente de pollo con kikos

Así como el que no quiere la cosa estamos ya llegando al final del verano. Los coleccionables vuelven a los kioskos y muy pronto los niños al cole y los mayores al curro. Hay como un aire de nostalgia en esas noches que se van haciendo más cortas y, aunque es un alivio que sean un poco más frescas cada día, anticipan con algo de tristeza que, señoras y señores, lo bueno siempre se acaba rápido.
Ahora bien, volver a la activación y a la rutina también tiene su punto, de alguna manera todos necesitamos nuestros espacios, nuestras costumbres, nuestras gentes de siempre (nuestros caharros y fogones, dirán los cocinillas, cómo se echan de menos). En fin, que no nos desesperemos, ataquemos el síndrome postvacacional con energía y optimismo y encaremos el nuevo curso con el propósito de cumplir, por una vez, nuestros propósitos, aunque dicho propósito nos dure un mes, si llega.
Mientras, para hacer más ameno el mes de agosto, un grupo de descerebrados blogueros amigos de la cosa esa del #asaltablogs que perpetramos una vez al mes no nos hemos resignado a irnos de vacaciones, y hemos decidido asaltar por sorpresa a Marga Postigo, la actual regidora del reto, para agradecerle su dedicación y, qué demonios, para pasar un rato divertido, como todos los meses, cuando llegara el último domingo del mes.
Nosotros hemos robado estas alitas de pollo crujientes empanadas con kikos, o como dice Marga en la receta original, enkikadas. Es un pelín engorroso darles la forma (ay mis cuchillos qué solitos e inútiles se sentirán en casa, el año que viene me los traigo de vacaciones) pero una vez hecho esto es coser y cantar. Vamos al lío:

martes, 2 de agosto de 2016

Zarangollo

El zarangollo es un plato típico de la gastronomía murciana, que viene siendo poco más o menos lo que en casa siempre hemos llamado "una fritangueta" aunque en nuestro caso es un plato de aprovechamiento de lo que uno pilla por la nevera, especialmente en verano, cuando calabacines, berenjenas, pimientos y otras delicias huertanas están en su apogeo. Mucho de eso hay también en nuestra receta de hoy, pero por si hay algún murciano en la sala os recordamos que para que se llame zarangollo no admite más que estos cuatro ingredientes más aceite y sal: calabacín, cebolla, patata y huevo. Nada más. Y nada menos. Porque estamos ante uno de esos platos sencillos de toda la vida que no necesitan florituras para estar buenísimos. El único secreto, en este caso, es que cuanto más lento lo haces, más jugoso y meloso te acaba quedando. Así que, despacito y buena letra, y tendréis un platazo impresionante que igual te soluciona una cena que te complementa un picnic playero. Porque además se puede consumir a temperatura ambiente sin mayores problemas.
La receta la hemos encontrado en el blog de Catina Barbero La Cocina de Catina, a la que le debíamos una receta, ella sabe por qué (véase entrada anterior). Aquí tenéis el enlace a las cocinas de esta cocinera de pro:   http://goo.gl/VgECHQ. Pasaros por allí que encontraréis auténticas delicias. Nosotros sólo hemos variado un pelín las cantidades (hemos quitado patata porque somos muy fans del calabacín)