domingo, 31 de enero de 2016

Asalto 3.4: el bizcocho al vino tinto de Blanca

Aunque últimamente andamos algo dispersos y tenemos esto del bloguerío un poco abandonado, no podíamos faltar a la cita mensual de este reto que tantas alegrías nos ha dado, y que aquí sigue dando guerra  gracias especialmente a nuestra actual jefa, Marga Postigo, que ahí sigue al pie del cañón, aunque algún sinsabor le toca de vez en cuando. Lo digo especialmente porque hemos vivido algunas cosillas no del todo agradables este mes que abandonamos. Se ve que alguien se tomó algún polvorón de más y el subidón de azúcar le nubló el buen juicio. Pero sea como sea, todo se acabó arreglando y esto continúa, lo cual está muy bien porque lo mejor que tiene el asaltaslblogs es su gente: los ladrones semos gente honrada. 

No os preocupéis, por cierto, con lo que decíamos de últimamente, no es que estemos pensando en mudarnos a Marte, como el pobre Ismael Serrano en aquella canción, o perdidos como vaca sin cencerro, que diría la grandiosa Chus Lampreave. A nosotros es que nos gusta meternos en líos y ahora nos ha dado por volver a la Universidad, y vamos a ver si nos hacemos historiadores del arte. Así que nuestros desvaríos serán otros a partir de ahora, pero seguiremos por aquí de todos modos, aunque no os asustéis si algún día me veis un poco en este plan: https://youtu.be/rwMdR6scTeI

Con tanto desvariar aún no os he dicho que el blog asaltado del mes es Las recetas de blinky, un blog muy completo del que hemos sacado esta estupenda idea de hacer un bizcocho con vino tinto. En la receta original tenéis las instrucciones para termomix, nosotros las hemos adaptado a la preparación por el método tradicional, o manomix. Nos ha ayudado, por cierto, y mucho, esta versión de nuestro blog amigo Cosillas de Pasilda. El caso es que ambas recetas decían que pusiéramos cuatro huevos, pero al ir a hacerlo solo nos quedaban tres. Nos tiramos a la piscina igualmente, y quizás por eso nos quedó una masa densa, tipo bundt cake, pero la verdad es que el bizcocho salió riquísimo, sabe a chocolate y tiene ese aromilla peculiar y muy sutil que los conejillos de indias no acaban de reconocer hasta que les dices que es vino tinto: y se quedan flipando, claro.

Vamos a ello, que ya está bien de rollos