viernes, 19 de junio de 2015

Bruschetta de mozzarella fresca, tomate seco y piñones


La cocina da para muchas metáforas en la vida, como sabrá cualquiera que le guste un poco este rollo de los fogones. Viendo las noticias de las últimas semanas, constato, por ejemplo, que la gente que tiene miedo de según qué combinaciones en los ayuntamientos es la misma que se pone un poco tensa con según qué mezclas culianrias. Gente del rollo "uy dulce y salado junto, que horror". La réplica es muy clara desde el punto de vista cocinillas, ya que es muy fácil constatar cómo un ingrediente por si solo puede ser fantástico (ayayay un buen filete vuelta y vuelta), pero los hay que en combinación con otros desarrollan todo su auténtico potencial y pueden convertirse en una experiencia irrenarrable. La cuestión es encontrar la combinación correcta, pero para eso hay que tener un poco de osadía y optimismo...vamos, que la metáfora está clara.

Eso es justo lo que le pasa a la mozzarella fresca de la receta de hoy. Decimos la receta de hoy pero ni siquiera es una receta, aunque de alguna manera es un tripartito. Es juntar dos ingredientes, machacar y remover, y añadir un tercero. Bueno, también hay que tostar rebanadas de pan. Un problemón, vamos. El problema lo tendremos nosotros para llegar a los diez pasos. La bruschetta no tiene nada que ver con una brocheta, aunque por el nombre pueda parecerlo. En Italia es un aperitivo muy popular que consiste, básicamente, en rebanadas de pan tostado en el horno con un poco de aceite, al que se le pone algo por encima, normalmente algo fresco. Nosostros en esta ocasión hemos fusilado una preparación que nos comimos una vez por gentileza de nuestros amigos Jordi y Mar, dueña del fantástico blog amanoyamaquina, aunque ellos usaron queso crema en lugar de fresco. Es casi un untable que podría encajar en nuestra sección dipeando que es gerundio. Ahora bien, nosotros, con el calor que hace, hemos preferido usar la tostadora antes que el horno, aunque el resultado óptimo se obtiene con este último. Les damos las gracias desde aquí, y nos ponemos al lío, que no es tal. Sólo una cosita más: queda mejor de textura hecho a mano en el mortero, y como el queso es blandito no cuesta nada, pero podéis usar la batidora.


viernes, 5 de junio de 2015

Bundt Cake de limón




Esta entrada de hoy viene con dilema incluido. No es que sea un dilema en el que nos vaya la vida. en realidad es una de esas chorradas que en El Comidista llaman un "drama del primer mundo". Os cuento: Esta receta iba a titularse "el bizcocho más fácil de desmoldar del mundo", porque la primera vez que lo hicimos fue darle la vuelta y caer limpiamente sin dejar ni rastro en el molde. Pero el caso es que nos quedó un poco secaino y más aún, al día siguiente no había quien le hincara el diente sin mojarlo en el café con leche del desayuno. Así pues, segundo intento: unos minutos menos de horno, un acabado más tierno y un infierno para desmoldar. Se nos rompió y nos lo tuvimos que comer en privado. eso sí, la textura, mucho más tierna, era espectacular. Finalmente, en un tercer intento, nos costó medianamente desmoldarlo, pero el resultado fue más que digno, como veis en la foto, y el tema textura y sabor se pasaron con buena nota. Así que aquí tenéis el dilema: si lo queréis bonito y facilón, dejadlo un poco más en el horno y consumidlo enseguida. Si lo queréis rico rico, perdonadle que se queden unas migajas pegadas al molde y dejadlo unos minutos menos. También hay un punto exacto en el que el desmoldado funciona y la textura es la adecuada; igual algún día lo encontramos. 

Dicho esto, aquí tenéis nuestro bundt cake de limón, que está adaptado de esta receta de bundt de naranja del siempre solvente blog webos fritos. Uno de los sitios más recomendables y serios del cajón desastre en el que se ha convertido la cosa esta de la gastrobloguería. Vamos, lo contrario de nosotros.