domingo, 26 de abril de 2015

La mousse del capitán: Mousse de chocolate, sin gelatina, con un toque de naranja y curry.

Una explosión de sabor en tu mesa
El asalto de este mes ha dado para toda una historia y hasta para una teoría. Un bloguero al que le teníamos ganas desde hacía tiempo había sido el elegido, y encima al revolver en su despensa nos encontramos una receta detrás de la cual llevábamos tiempo. Allí estaba ella, esperándonos, parecía que el Capitán Rábano, que así se llama el interfecto, había puesto ahí esa mousse de chocolate sin gelatina pensando exactamente en nosotros, que teníamos ganas de hacer una mousse solo a brazo, sin ayudas químicas. Eso fue muy a principios de mes, pero nos dejamos llevar por la desidia y por aquel viejo aforismo que reza "no dejes para mañana lo que puedas dejar para el útimo día" y pusimos la receta en standby. La casualidad quiso que hace unos pocos días, probáramos un sabor nuevo en una heladería que nos encanta. Mousse de chocolate con naranja, se llamaba el nuevo sabor, así que la lucecilla que siempre acompaña a un bloguero se encendió de pronto y una pregunta que empezaba por "y si...?" surgió en nuestra mente. 

Me pregunto qué hubiera pasado si hubiéramos hecho la receta a principios de mes, como unos alumnos aplicados cuaquiera. Igual la inspiración no siempre favorece a los aplicados, igual esperar al final no es solo de vagos, es de previsores. Saber esperar es también una virtud. Creo que fue Lincoln quien dijo una vez que si tuviera diez horas para talar un árbol, pasaría nueve afilando su hacha. Igual a esta forma de proceso creativo (dicho en tontopijo) la podríamos llamar rabanizar una receta. Ahí lo dejo.

El caso es que cogimos la receta original, cambiamos la leche por zumo, añadimos una pizca de ralladura de naranja y voilà, hicimos una mousse que cuando te la comes te dan ganas de subirte a la mesa y gritar "oh capitán, mi capitán", como un muchacho de los del final de el club de los poetas muertos