Hay muchas maneras de preparar un pavo,aunque suene a comilona navideña y ahora estamos (supuestamente) en plena cuesta de enero y renegando de los fastos pasados como si hubiéramos puesto la línea roja de Fabra en la cocina pero en lugar de separar a los imputados separáramos mantecados, turrones, salsazas y demás ralea hipercalórica. El caso es que nuestra línea roja es más bien de boquilla y aunque estamos controlándonos un poquito, de vez en cuando podemos hacer una excepción. Algunos diréis que el ejemplo está muy bien traído porque es eso exactamente lo que hace nuestro molt honorable. Mira que sois malpensados.
Y en esas estamos con la receta de hoy: El solomillo de pavo (que es una forma de llamar a un corte limpio de la pechuga) es legal con todas las letras porque tiene muy poca grasa. Lo mismo ocurre con la mostaza, de las pocas salsas ligeras, y con el vino una vez pierde el alcohol en el horno. Nos saltamos la línea roja, eso sí, con la miel, que sube el cómputo de calorías. Pero el resultado merece la pena, Ya compensamos con la cena, no?
Este plato sencillo y super resultón se lo hemos robado a Isa, del blog Azucarglass, un blog muy recomendable que hemos literalmente arrasado la banda de ladronzuelos más implacable de Internet: #elasaltablogs. ¿Qué no sabes lo que es? Tienes toda la información en esta página de nuestra jefa y creadora, Conxy del blog Gastroandalusí.
Si quieres ver la receta original de Isa, la tienes aquí.