El otro día, viendo La isla mínima, el fantástico thriller dirigido por Alberto Rodríguez, una de las mejores películas de la cartelera por cierto, me di cuenta de que lo más terrorífico no nos acecha en la oscuridad de lo sobrenatural (como diría Iker Jimenez) sino en nuestro más cotidiano alrededor. Lo más escalofriante, en realidad, es que los auténticos monstruos tienen el mismo aspecto que cualquiera de nosostros. Quizás sea por eso que brujas, zombies y demás ralea se han convertido en algo casi entrañable, porque aunque nos lleguen a asustar durante hora y media, sabemos que no llegarán a traspasar los límites de la pantalla. Aunque sea 31 de octubre.
Reflexiones aparte, el caso es que un año más, aquí llega Noviembre con su ya antigua y cansina polémica entre Todos los Santos y Halloween, como si en esta parte del mundo no fuéramos expertos seculares en adoptar tradiciones extranjeras y hacerlas convivir con las propias. Nosotros este año, en EL TIO PEP, barremos para casa y nos decantamos por unos tradicionales panellets. Pero como nos gusta, ya sabéis, darle una vuelta a todo, los hemos hecho con almendra en lugar de los habituales (y carísimos) piñones. Por el camino, se nos ocurrió en un arranque de creatividad (bueno, vale, fue porque se nos acabó la almendra) hacer una versión con cacao rellenos de nueces (porque la nuez se churrasca muy fácil si la pones por fuera). Aquí tenéis el resultado. Terroríficas tardes a todos!