domingo, 24 de noviembre de 2013

Asalto de noviembre: Duelo de cremas, zanahoria Vs guisantes

La Navidad ya está a la vuelta de la esquina. Esto, dicho así, parece sólo un tópico más de los de toda la vida, pero este año se vuelve inquietante, como de película de terror, por culpa del fallido (por decirlo suavemente) anuncio de la lotería, que ha cambiado al señor calvo que ya era como de casa por unas figuras alquiladas al museo de cera de cinco estrellazas de la canción de nuestro país. Vamos, que si lo que está a la vuelta de la esquina es Raphael con el soniquete a lo Freddy Krueger y la cara a lo Jack Nicholson en El resplandor, es como para salir corriendo. El anuncio, eso sí, ha tenido sus análisis, sus miles de parodias y su estrellato en redes sociales. Para no ser menos, nosotros lanzamos nuestra propia teoría: Creemos que tiene una clave en plan conspirativo. Fijaos bien: Un cántabro, una madrileña, dos andaluces y en el centro una catalana, destrozando juntos, en público y con cruel ensañamiento una canción del rey del rock (You are always on my mind, popularizada por Elvis). ¿Nos están diciendo que la única solución para la unidad de España es que se derroque a la monarquía? ¿Que la capital de la República resultante debería estar en Barcelona? ¿Que no pegamos ni con cola pero estamos condenados a permanecer juntos? Puede ser. También puede que nos hayan colado un homenaje a aquellos que odian la Navidad o que todo sea un castigo kármico a un creativo que se burló este verano de la paella de Love of Lesbian. Ahí os dejo, amigos, elementos para el debate. 

Bueno, el caso es que, embrollos mentales frikis aparte, mientras llega la Navidad con sus empachos, sus horteradas y también, no lo vamos a negar, con sus cosas buenas, nosotros seguimos con los asaltos de cada último domingo del mes, aquel divertido reto que creó la sin par Conxy, del blog Gastroandalusí. Esta vez, para celebrar que es el sexto asalto (medio año ya!), nos hemos puesto espléndidos y hemos asaltado no una, sino dos recetas, y aquí os traemos dos cremitas de verdura que nos encajan a la perfección en nuestra recién creada etiqueta de los lunes verdes. Porque son sanas y ricas, entran fenomenal bien calentitas con estos fríos y su colorido le quita el monday blues al más tristón de la oficina. Este mes tocaba expoliar al fantástico blog rossgastronómica y aquí tenéis las versiones originales de su crema de zanahorias y su crema de guisantes. Nosotros las hemos adaptado a la preparación sin maquinita (bueno, hemos usado una batidora de vaso) y les hemos dado un toque de curry y de tomillo, además de algún que otro cambio de ingredientes. Me gusta que son dos métodos que os pueden servir para cualquier verdura, la crema en crudo y la crema con sofrito previo. Elegid la que queráis o combinad ambas, que quedan muy bien juntas.

Venga, basta de rollos, que hemos venido a cocinar:


lunes, 18 de noviembre de 2013

Ensalada templada de brócoli al vapor

¡Qué verde era mi valle!
Toda la vida de Dios (y de Facebook) se ha dicho que los lunes son un rollo. Volver al trabajo tras el fin de semana y tener cinco duros días por delante es como ver unas larga condena frente a ti (ojo, encima dando gracias de tener un trabajo) Si venimos de cometer algún festivo exceso, nos arrepentiremos el lunes nada más vernos en el espejo, por la mañana. Y eso convierte el lunes, también, en un día de buenos propósitos, inicios de dietas y salidas a correr. Todo muy deprimente. Eso sí, para compensar, se dice que si no fuera por los lunes no sabríamos lo chulos que son los viernes. También se ha escuchado decir que los fines de semana están sobrevalorados, porque a juzgar por el careto que traemos el lunes, nos sientan bastante mal a todos. Sea como sea, nosotros nos hemos puesto a equilibrar nuestro karma (y nuestra dieta, de paso) y hemos creado los lunes verdes para compensar nuestros viernes dulces. Pero mucho ojo: no queremos tomárnoslo como un castigo por nuestra glotonería y golosonería, sino como una oportunidad para reconocer que los vegetales, además de saludables y ligeros, son una fuente maravillosa de experiencias culinarias. Están muy ricos, siempre que nos salgamos un poco de la acelga demasiado hervida y la lechuga iceberg. Hoy, para empezar, vuelve el brocoli, que ya ha pasado por aquí en crema y con gratinado. Hoy viene al vapor, en ensalada y con una sabrosa vinagreta de sésamo tostado. Veréis como está de vicio.

Venga, a verdulear!     


viernes, 15 de noviembre de 2013

Tarta de calabaza a la (norte)americana



En una de las películas emblemáticas de nuestra infancia, unos niños adoptaban a un feo pero entrañable extraterrestre al que mantenían escondido de la peligrosas miradas de los adultos y otros poderes más oscuros, como por ejemplo los chicos del gobierno. En aquella peli, que los nacidos antes de 1980 ya habrán adivinado, el único momento en el que el pobre extraterrestre podía salir con normalidad a la calle era el 31 de octubre haciéndose pasar por un niño disfrazado en busca de caramelos. Esa fue, queridos amigos, la primera vez que recuerdo haber tenido noticia de una fiesta típicamente americana llamada halloween. Ahora, treinta y tantos años después, aunque me sorprende cómo se ha extendido su celebración en nuestro país, me da la risa cuando algunos de mis contemporáneos se rasgan las vestiduras por algo que consideran una peligrosa novedad que viene a acabar con nuestra esencia. Pero claro, es que hay gente para todo. 

Todo esto venía porque hoy nos hemos dejado llevar por el colonialismo cultural yanqui y hemos preparado esta típicamente americana tarta de calabaza. Luego resulta que, aunque la calabaza es la reina de halloween y una de las reinas del otoño, esta tarta es típica de acción de gracias (otra fiesta americana que hemos visto mil veces en cine y tv pero que (aún) no hemos adoptado). Sea como sea, está espectacular de buena, y aunque nosotros la hemos adaptado un poco reduciendo drásticamente la cantidad de azúcar y de especias, la receta está sacada de este libro que ya comentamos.  Tomaos un rato para asar la calabaza en lugar de hervirla y para hacer vosotros mismos la masa quebrada, que se notará mucho en la calidad resultante.

Here we go!

viernes, 8 de noviembre de 2013

Magdalenas de yogur, con crujiente de nuez

Esta semana, me perdonaréis, el viernes dulce me iba a salir más bien amargo, porque lo que me pide el cuerpo es ponerme a despotricar sobre la decisión de cerrar la televisión autonómica valenciana que ha tomado nuestro presidente, el muy honorable Alberto Fabra. Sólo quiero que quede constancia de mi total repulsa a la medida y a la forma de tomarla, y mi apoyo a los trabajadores de RTVV, tanto a los que fueron marginados durante años, a los expulsados en el último y declarado nulo ERE como a los que están redimiéndose en los últimos días sacando adelante una información por fin digna en la que todos los valencianos podamos sentirnos representados. Os ha costado mucho, compañeros, pero es verdad que el miedo y la caspa cuestan mucho de eliminar. Os damos la bienvenida al lado de los justos y los dignos. Puede que canal 9 esté ganando batallas. La pena es que, como el Cid, lo haga después de muerto. 

Ya sé que este no es el foro para esto, ya que aquí venimos a a pasar un rato distendido y no queremos tampoco estropear nuestro tono ligero y algo despreocupado, del que estamos tan orgullosos. Así que ya paro. Si queréis más información, podéis entrar aquí, aquí o aquí, o buscar en twitter el hashtag #rtvvnoestanca

Pues eso, como aquí venimos principalmente a cocinar y a comer, hoy traemos una nueva versión de nuestro bizcocho automático 1,2,3. Ya sabéis, aquel que se hace con un yogur y tomando las medidas con el vaso del mismo. Esta vez viene presentado en forma de magdalenas y con una costra crujiente hecha de nueces y azúcar moreno. La verdad es que son deliciosas. Sobre todo, la relación dificultad-resultado es inmejorable. Y el rato que te pasas batiendo, si lo haces a mano, te ayuda mucho a liberar tensiones y a rebajar los niveles de mala leche que te producen noticias como la que hoy tratamos. Le pusimos una pizca de jengibre y le quitamos la ralladura de limón de nuestra receta original. Pero os animo a echarle imaginación al asunto, ya que es una receta que admite mucho las variaciones que queráis hacerle. Unas innovaciones salen mejor que otras, pero malas nunca están.


Vamos con ello?