miércoles, 30 de enero de 2013

Estofado de ternera


Esta semana va de básicos. Ya sabéis que el domingo por la tarde estuvimos un buen rato caramelizando cebolla. Lo que no os dijimos el lunes es que a la vez estuvimos haciendo un estofado de ternera, de los de toda la vida. Barato y sencillo a la par que sabroso. Un poco brutote pero con un buen fondo que lo hace irresistible. Y fácil de guardar y tuppear para la semana. Con una única cosa a tener en cuenta: si queréis congelarlo es mejor que lo hagáis sin la patata, que no descongela muy bien, y se la añadáis en el momento de comer. Una actividad, en suma, de lo más productiva para un domingo por la tarde.

Los estofados tienen algo especial que no sabría explicar qué es, pero me resultan especialmente reconstituyentes, con su toque carnívoro y su salsa oscura y caliente que, tomada a cucharadas, es capaz de resucitar a un muerto y levantar el ánimo al más alicaído. Como diría Lance Armstrong, más efectivo que una autotransfusión, y no aparece en los controles de dopaje. Si queréis multiplicar sus efectos antidepresivos,  aprovechad para finiquitar la botellita de tinto que habréis empezado para prepararlo. Porque siempre será mejor utilizar un vino de buena cuna. No digo que os gastéis el sueldo de la semana en un vino para cocinar, pero quien pueda que no tire de brick, no me seáis cutrongos. Por lo demás, hemos utilizado cebollitas y patatas mini, pero este toque de delicadeza es optativo e incluso totalmente innecesario. Y de todas formas, como se ve en la foto, se hincharon bastante y perdieron su poder pintinterista, así que ya véis, un estofado es un estofado y hará todo lo que pueda por recordároslo. Lo mejor es dejarle hacer.


Pues vamos a dejarle hacer:
Ingredientes (para cuatro más o menos):

600 gr. de carne de ternera para guisar.
12 cebollitas francesas.
8 patatas pequeñas (o el equivalente en trozos, si son más grandes).
3 zanahorias hermosas
1 vaso de vino tinto.
harina, agua, sal, aceite de oliva, laurel, pimienta, clavo, ñora.

Preparación:

1. Pon música y prepara un plato con harina, una sartén con aceite y una olla sin nada.
2. Pela las cebollitas y las patatas. Pela las zanahorias y córtalas en catro trozos. Reserva
3. Pon la sartén a fuego medio y deja que se caliente.
4. Pasa por harina, sin excederte, los tacos de carne. Incorporalos a la sartén.
5. Da unas vueltas, añade un poco de sal y deja que se hagan unos siete-ocho minutos. Pásalos a la olla.
6. Pon ahora las cebollas y las patatas en la sartén, dales unas vueltas y déjalas un momento, no más de tres minutos. Pásalas a la olla.
7. Agrega el vino a la olla, añade agua hasta cubrir los ingredientes. Pon a fuego medio-alto.
8. Añade unos granos de pimienta, unos clavos, un par de hojas de laurel y una cucharada de ñora (ya sabes, ñora picada con sal). Da un meneo a la olla, sin remover. Tapa la olla.
9. Cuando hierva, baja el fuego y cuece durante hora y media o hasta que veas que la carne está tierna pero no se deshacen los vegetales. Puede ser un poco antes o un poco después.
10. Sírvelo con bastante de su caldo. Recuerda que es un plato de cuchara.


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