domingo, 29 de diciembre de 2013

Asalto (invisible) de diciembre: Pollo relleno a la cerveza, con almendras y champiñones



Aunque nos pilla enmedio de la vorágine de las fiestas navideñas, hemos hecho un hueco para comer aún un poco más, ya que como cada último domingo de mes, toca asaltar un blog. Este mes, por ser Navidad, la cosa ha sido especial y hemos llevado a cabo el Asaltador Invisible. Cada uno de los ladronzuelos y ladronzuelas ha robado por sorteo a otro, de tal manera que todos hemos sido ladrones y también víctimas. La verdad es que estoy deseando saber quien ha entrado de puntillas en nuestra cocina, ha estado husmeando y se ha llevado algo sin que por aquí siquiera nos enteremos. Espero, compañera (o compañero), haberte ayudado a preparar algo rico.


A nosotros nos ha tocado Cocinando con Yasene, un blog joven (aún no ha cumplido su primer año de vida) y con pocas pero suculentas recetas. De todas ellas nos llamó la atención estos muslos de pollo rellenos que hemos simplificado y a la vez adaptado para una ocasión festiva utilizando un rollo ya preparado, como los que podéis encontrar envasados en vuestro supermercado, o hecho de forma menos industrial en muchas carnicerías. Por lo demás no hemos cambiado apenas nada. Nos hizo gracia el uso de la salsa de soja y de las almendras, porque nos lo tomamos como un guiño al pollo con almendras del chino de abajo de casa de toda la vida. El caso es que, guiños nostálgicos aparte, quedó fenomenal y nos solucionó, servido con unas patatas al vapor, el plato principal de una de tantas comidas de compromiso de estos días.

Vamos allá?

jueves, 26 de diciembre de 2013

Mazapán

El croissant que quiso ser baguette
No parece que el día 26 de diciembre sea el más adecuado para presentar esta receta. Seguro que ya estáis un poco empachados de dulces típicos. La Navidad es lo que tiene, que empacha. Afortunadamente es sólo una vez al año, como decimos siempre, pero lo malo es que todavía nos quedan dos asaltos en esta especie de tour de force de la gula en que se han convertido los últimos días del año.

Pero es una frivolidad, diréis, quejarse de empacho cuando alrededor tenemos gente pasando necesidad, aquí muy cerquita, y no menos cierto es que la mayor frivolidad es el empacho en si. Sería mejor comer menos y compartir más? Seguro que sí, pero es un viejo dilema, porque es cierto que en fiestas especiales quieres que tu gente se sienta especial, y darles lo mejor, y eso incluye la alegría de una buena mesa. Pero un poco de mesura y de conciencia nunca está de más.

Y nosotros, por supuesto, en nuestro estilo, seguiremos ironizando sobre las cosas que nos parecen aburridas, estresantes, tristes o cutres en nuestras reuniones familiares navideñas, aunque en el fondo sabemos que es una gran suerte tener cosas para compartir y gente maravillosa con quien compartirlas. Que una cosa no quita la otra.

Dicho esto, vamos con la receta de hoy. Un mazapán de honda estirpe toledana, con todas las de la ley, y que es una auténtica maravilla que nos encanta por su simplicidad: azúcar y almendra a partes iguales, como nos recomienda Monsieur Cocotte aquí. A nosotros el intento de hacer un trampantojo de baguettes nos salió regular. Preguntados en facebook y wassapp, nuestros amigos asimilaron la forma más a los minicroissants que a las barras de pan. Quedó claro, pues, que no somos los mejores modelando, pero el sabor era fantástico, a años luz de los mazapanes cutres que llevaron a El comidista a escribir cosas como estas. La airada reacción en contra de algunos de sus lectores me llevó a las reflexiones que de forma algo deslavazada he expuesto más arriba.

Venga, vamos a amasar, que es bueno para el estress.

viernes, 20 de diciembre de 2013

Pastas de Navidad Reloaded


En estos días de paz y felicidad me llena de orgullo y satisfacción poder deciros que aunque el mes de diciembre se nos ha complicado un pelín, hemos sacado por fin una tarde para ponernos a amasar y hornear como si nos fuera la vida en ello. Y es que, como dice mi abuela, muy mal tienen que estar las cosas para que no hagamos una docenita de rollitos. Ella, que es muy sabia, ha estado esta semana de gira (literalmente, familia y amigos se pelean por sus servicios de consultoría). Y yo, que soy su más aventajado discípulo, pensando que muchos de vosotros os habréis quedado sin asesorar, he pensado recordaros que tenemos del año pasado las recetas básicas de la Navidad en la familia Sirvent. Este año, a partir de mañana, haremos cositas nuevas. Irán viendo la luz estos días, si el tiempo acompaña y las prisas no, pero mientras tanto, aquí tenéis un Remember. Mucho ojo que esto es Patrimonio de la Humanidad:

Almendrados enfriando en rejilla
1. Los Rollitos de vino son una maravilla de simplicidad con un resultado un tanto seco pero exquisito. Ideales para maridar con una buena mistela. Podéis verlos aquí.

2. Les quatre iguals deben su nombre a que solo tienen cuatro ingredientes en idéntica proporción: Azúcar, harina, manteca y esa maravilla llamada almendra molida. en casa desde tiempo inmemorial, y en nuestro blog aquí.

3. Los mantecados de aceite de oliva son una delicia muy mediterránea y de honda raigambre (toma expresión viejuna) Perfectamente compatibles con una dieta vegana, los podéis ver aquí.

4. Si en Les Quatre Iguals lo que brilla es la almendra, en los almendrados ya es la absoluta protagonista. Si queréis los podéis ilustrar con un poco de ralladura de limón, pero los básicos son los que os presentamos aquí.



martes, 17 de diciembre de 2013

Mousse de castañas, con extra de chocolate

Con la Navidad, como ya sabréis los que nos seguís, tenemos en EL TIO PEP una curiosa relación amor-odio. Reconocemos que es una fiesta vendida al consumismo y preñada de falsa bondad que acaba dando cierta pereza, pero de repente llega un día que nos entra de golpe el espíritu navideño y sin darnos cuenta transformamos el blog en una apoteosis de dorados buenos sentimientos.

Concretamente, nosotros en la familia inauguramos la temporada en torno al día 13 de diciembre (Santa Llúcia, para más señas) con una comida en casa del que suscribe. Luego vamos a casa de los padres de los sobrinos de EL TIO PEP y ya luego toman las riendas del asunto las gloriosas manos de nuestras santas madres. Esto hace que, felizmente para mi, los quebraderos de cabeza gastronómicos terminen más o menos el día quince de diciembre. Sí, ya sé que está muy feo regodearse en la desgracia ajena dando envidia a diestro y siniestro, así que nos paramos ahí.

El caso es que este año terminamos esa comida que nos tocaba preparar con un  postre espectacular que ha supuesto uno de nuestros mayores éxitos. Esta mousse de castañas queda esponjosa y con una textura cremosa suprema. Bien es verdad que podéis potenciar el sabor de la castaña (que es la auténtica protagonista) usando chocolate con leche o blanco, pero nosotros nos atrevimos con el choque potente del cacao puro, y como la vida acaba recompensando a los osados, triunfamos rotundamente. 

La receta es más o menos esta, del blog uno de dos, con una capa menos y con alguna pequeña variante en la proporción de los ingredientes. Y además es muy fácil. La única pega es que pelar las castañas puede ser un infierno, pero como todo está en internet, encontramos dos trucos que funcionan razonablemente bien. Este de Paco Roncero y este de Su, de webos fritos. Por lo demás, basta con tener respeto al tiempo que tarda la mousse en cuajar antes de añadir la cobertura. 


¿Nos ponemos al tajo?

domingo, 24 de noviembre de 2013

Asalto de noviembre: Duelo de cremas, zanahoria Vs guisantes

La Navidad ya está a la vuelta de la esquina. Esto, dicho así, parece sólo un tópico más de los de toda la vida, pero este año se vuelve inquietante, como de película de terror, por culpa del fallido (por decirlo suavemente) anuncio de la lotería, que ha cambiado al señor calvo que ya era como de casa por unas figuras alquiladas al museo de cera de cinco estrellazas de la canción de nuestro país. Vamos, que si lo que está a la vuelta de la esquina es Raphael con el soniquete a lo Freddy Krueger y la cara a lo Jack Nicholson en El resplandor, es como para salir corriendo. El anuncio, eso sí, ha tenido sus análisis, sus miles de parodias y su estrellato en redes sociales. Para no ser menos, nosotros lanzamos nuestra propia teoría: Creemos que tiene una clave en plan conspirativo. Fijaos bien: Un cántabro, una madrileña, dos andaluces y en el centro una catalana, destrozando juntos, en público y con cruel ensañamiento una canción del rey del rock (You are always on my mind, popularizada por Elvis). ¿Nos están diciendo que la única solución para la unidad de España es que se derroque a la monarquía? ¿Que la capital de la República resultante debería estar en Barcelona? ¿Que no pegamos ni con cola pero estamos condenados a permanecer juntos? Puede ser. También puede que nos hayan colado un homenaje a aquellos que odian la Navidad o que todo sea un castigo kármico a un creativo que se burló este verano de la paella de Love of Lesbian. Ahí os dejo, amigos, elementos para el debate. 

Bueno, el caso es que, embrollos mentales frikis aparte, mientras llega la Navidad con sus empachos, sus horteradas y también, no lo vamos a negar, con sus cosas buenas, nosotros seguimos con los asaltos de cada último domingo del mes, aquel divertido reto que creó la sin par Conxy, del blog Gastroandalusí. Esta vez, para celebrar que es el sexto asalto (medio año ya!), nos hemos puesto espléndidos y hemos asaltado no una, sino dos recetas, y aquí os traemos dos cremitas de verdura que nos encajan a la perfección en nuestra recién creada etiqueta de los lunes verdes. Porque son sanas y ricas, entran fenomenal bien calentitas con estos fríos y su colorido le quita el monday blues al más tristón de la oficina. Este mes tocaba expoliar al fantástico blog rossgastronómica y aquí tenéis las versiones originales de su crema de zanahorias y su crema de guisantes. Nosotros las hemos adaptado a la preparación sin maquinita (bueno, hemos usado una batidora de vaso) y les hemos dado un toque de curry y de tomillo, además de algún que otro cambio de ingredientes. Me gusta que son dos métodos que os pueden servir para cualquier verdura, la crema en crudo y la crema con sofrito previo. Elegid la que queráis o combinad ambas, que quedan muy bien juntas.

Venga, basta de rollos, que hemos venido a cocinar:


lunes, 18 de noviembre de 2013

Ensalada templada de brócoli al vapor

¡Qué verde era mi valle!
Toda la vida de Dios (y de Facebook) se ha dicho que los lunes son un rollo. Volver al trabajo tras el fin de semana y tener cinco duros días por delante es como ver unas larga condena frente a ti (ojo, encima dando gracias de tener un trabajo) Si venimos de cometer algún festivo exceso, nos arrepentiremos el lunes nada más vernos en el espejo, por la mañana. Y eso convierte el lunes, también, en un día de buenos propósitos, inicios de dietas y salidas a correr. Todo muy deprimente. Eso sí, para compensar, se dice que si no fuera por los lunes no sabríamos lo chulos que son los viernes. También se ha escuchado decir que los fines de semana están sobrevalorados, porque a juzgar por el careto que traemos el lunes, nos sientan bastante mal a todos. Sea como sea, nosotros nos hemos puesto a equilibrar nuestro karma (y nuestra dieta, de paso) y hemos creado los lunes verdes para compensar nuestros viernes dulces. Pero mucho ojo: no queremos tomárnoslo como un castigo por nuestra glotonería y golosonería, sino como una oportunidad para reconocer que los vegetales, además de saludables y ligeros, son una fuente maravillosa de experiencias culinarias. Están muy ricos, siempre que nos salgamos un poco de la acelga demasiado hervida y la lechuga iceberg. Hoy, para empezar, vuelve el brocoli, que ya ha pasado por aquí en crema y con gratinado. Hoy viene al vapor, en ensalada y con una sabrosa vinagreta de sésamo tostado. Veréis como está de vicio.

Venga, a verdulear!     


viernes, 15 de noviembre de 2013

Tarta de calabaza a la (norte)americana



En una de las películas emblemáticas de nuestra infancia, unos niños adoptaban a un feo pero entrañable extraterrestre al que mantenían escondido de la peligrosas miradas de los adultos y otros poderes más oscuros, como por ejemplo los chicos del gobierno. En aquella peli, que los nacidos antes de 1980 ya habrán adivinado, el único momento en el que el pobre extraterrestre podía salir con normalidad a la calle era el 31 de octubre haciéndose pasar por un niño disfrazado en busca de caramelos. Esa fue, queridos amigos, la primera vez que recuerdo haber tenido noticia de una fiesta típicamente americana llamada halloween. Ahora, treinta y tantos años después, aunque me sorprende cómo se ha extendido su celebración en nuestro país, me da la risa cuando algunos de mis contemporáneos se rasgan las vestiduras por algo que consideran una peligrosa novedad que viene a acabar con nuestra esencia. Pero claro, es que hay gente para todo. 

Todo esto venía porque hoy nos hemos dejado llevar por el colonialismo cultural yanqui y hemos preparado esta típicamente americana tarta de calabaza. Luego resulta que, aunque la calabaza es la reina de halloween y una de las reinas del otoño, esta tarta es típica de acción de gracias (otra fiesta americana que hemos visto mil veces en cine y tv pero que (aún) no hemos adoptado). Sea como sea, está espectacular de buena, y aunque nosotros la hemos adaptado un poco reduciendo drásticamente la cantidad de azúcar y de especias, la receta está sacada de este libro que ya comentamos.  Tomaos un rato para asar la calabaza en lugar de hervirla y para hacer vosotros mismos la masa quebrada, que se notará mucho en la calidad resultante.

Here we go!

viernes, 8 de noviembre de 2013

Magdalenas de yogur, con crujiente de nuez

Esta semana, me perdonaréis, el viernes dulce me iba a salir más bien amargo, porque lo que me pide el cuerpo es ponerme a despotricar sobre la decisión de cerrar la televisión autonómica valenciana que ha tomado nuestro presidente, el muy honorable Alberto Fabra. Sólo quiero que quede constancia de mi total repulsa a la medida y a la forma de tomarla, y mi apoyo a los trabajadores de RTVV, tanto a los que fueron marginados durante años, a los expulsados en el último y declarado nulo ERE como a los que están redimiéndose en los últimos días sacando adelante una información por fin digna en la que todos los valencianos podamos sentirnos representados. Os ha costado mucho, compañeros, pero es verdad que el miedo y la caspa cuestan mucho de eliminar. Os damos la bienvenida al lado de los justos y los dignos. Puede que canal 9 esté ganando batallas. La pena es que, como el Cid, lo haga después de muerto. 

Ya sé que este no es el foro para esto, ya que aquí venimos a a pasar un rato distendido y no queremos tampoco estropear nuestro tono ligero y algo despreocupado, del que estamos tan orgullosos. Así que ya paro. Si queréis más información, podéis entrar aquí, aquí o aquí, o buscar en twitter el hashtag #rtvvnoestanca

Pues eso, como aquí venimos principalmente a cocinar y a comer, hoy traemos una nueva versión de nuestro bizcocho automático 1,2,3. Ya sabéis, aquel que se hace con un yogur y tomando las medidas con el vaso del mismo. Esta vez viene presentado en forma de magdalenas y con una costra crujiente hecha de nueces y azúcar moreno. La verdad es que son deliciosas. Sobre todo, la relación dificultad-resultado es inmejorable. Y el rato que te pasas batiendo, si lo haces a mano, te ayuda mucho a liberar tensiones y a rebajar los niveles de mala leche que te producen noticias como la que hoy tratamos. Le pusimos una pizca de jengibre y le quitamos la ralladura de limón de nuestra receta original. Pero os animo a echarle imaginación al asunto, ya que es una receta que admite mucho las variaciones que queráis hacerle. Unas innovaciones salen mejor que otras, pero malas nunca están.


Vamos con ello? 

domingo, 27 de octubre de 2013

Asalto de octubre: Tartar de salmón, con aguacate.

La foto da pena, pero está buenísimo

Sin saber muy bien ni como, ha vuelto a pasar un mes y aquí estamos otra vez, dispuestos a entrar a saco en la cocina de un bloguero, en este caso bloguera, a robar una receta y darle nuestro aire. Esta vez casi nos pilla el toro, y eso que hicimos la receta de este maravilloso tartar del blog Gastroadikta, de Anna Barri, hace ya bastante. El caso es que por aquel entonces (a primeros de mes) cometimos el error de sacarlo a la mesa antes de fotografiarlo. Aunque habíamos guardado el suficiente para montarlo más tarde y hacerle las fotos. El caso es que a los invitados de aquel día les gustó tanto que nos vimos casi obligados a sacar la reserva y ofrecérsela como buenos anfitriones. Y claro, nos quedamos sin foto. Contado así parece que fuera un fastidio, pero seguro que compartiréis conmigo, queridos compañeros asaltantes y lectores más o menos anónimos, que es una gran satisfacción que un plato preparado por ti te lo quiten de las manos entre exclamaciones de júbilo y muecas de placer (en esta parte he exagerado un poco el autobombo, pero bueno).

En cuanto al plato en si, al tartar original de Anna, que lo sacó de este de la web de nuestro gurú favorito, no le hemos hecho más variación que sustituir la mostaza a la antigua y el tabasco por mostaza de Dijon, y el uso de ese supuesto salmón salvaje congelado que venden en determinada cadena de supermercados que empieza por merca y acaba por dona. El resultado es espectacular. Y además es muy fácil porque basta con cortar en trozos pequeños todos los ingredientes.

Vamos, pues, a ponernos a ello.

viernes, 11 de octubre de 2013

Tarta de queso bocabajo, de melocotón.

O dicho de otra manera, más precisa pero también más pedante, "vasitos de melocotón agridulce con crema de mascarpone y crumble de galletas caramelizado", ¿a qué suena a restaurante de campanillas? Pero claro, los nombres largos no son lo nuestro, en El Tio Pep llevamos la humildad por bandera y preferimos resumir un poco más y decir las cosas de manera más sencilla para que en un par de palabras se entienda de qué va la cosa. Pues eso, una tarta de queso con base de galletas y cubierta de mermelada de melocotón, pero presentada puesta del revés en un vasito individual que queda la mar de resultón para una reunión de amigos o para terminar una cena especial. En este caso podéis ver en la foto la versión mini, pero se puede hacer una señora copa o un señor copón, según glotonería. Podéis, asimismo, cambiar la proporción de los componentes: más melocotón, como nosotros, o más quesazo, si no os preocupan demasiado las grasas que contiene. Que las contierne, todo hay que decirlo.

Dicho esto, ya veréis que es muy fácil, basta con batir y triturar. Recordad a vuestros invitados, eso sí, que hay que comerlo de forma transversal. En cada cucharada un poco de melocotón, que le da un toque ácido y refrescante, un poco de la untuosidad y dulzor de la crema de mascarpone y un poco del crujiente de las migas de galleta. La conjunción de todo eso en la boca es lo que convierte este postre en una auténtica delicia. La base de melocotón se parece peligrosamente al relleno de nuestra tarta Sacher, la crema de mascarpone al frosting de nuestra Carrot Cake, y la idea de caramelizar las migas de galleta la saqué de una receta parecida del blog The Chefather. Por cierto, ¿a que no sabéis quien es el dueño de ese blog? Pues pasad por allí a ver si lo averiguáis.

 Venga, vamos allá:

viernes, 4 de octubre de 2013

Pan de Calatrava, de horchata y fartons

"Això és or, xata!" (Jaume I el Conqueridor)
Queridos lectores, hemos llegado a octubre pero parece que al clima le ha dado por contradecirnos y estamos pasando una semana de calentura en Alicante de tal magnitud, que estamos pasando más calor ahora que en el mes de Julio. Así pues, esta que iba a ser una entrada del rollo nostalgia del verano, para rememorar como echamos de menos las vacaciones y el calorcillo se ha convertido en una entrada veraniega sin más. Para cuando hace calor, pues, nada más refrescante y mediterráneo que un buen vaso de horchata. Y para mojar, fartons, uno de esos maridajes perfectos e insuperables que nos ofrece la cocina tradicional. Y si es perfecto e insuperable,  os preguntaréis, ¿por qué íbamos a complicarnos la vida convirtiéndolo en otra cosa? Pues tenéis razón, pero al fin y al cabo esto es un blog de cocina, y tendremos que cocinar algo, digo yo.

Así que nosotros os presentamos hoy la horchata con fartons de siempre, pero cocinada en forma de pan de calatrava. Este postre algo viejuno, especie de mezcla de flan y pudding, que os puede valer para cerrar una comida temática valenciana, si es que existe tal cosa, o para aquellos que no pueden o no quieren tomar lácteos. Si queréis hacer vuestros propios horchata y fartons podéis usar, por ejemplo, la receta de hoy cocina Vivi, y de paso enteraros de la leyenda del nombre de esta típica bebida y comprender el pie de nuestra foto. Pero para esto de hoy nos bastamos con los del super, y usamos hasta el caramelo líquido envasado. La primera versión fue sin añadir azúcar y quedó un poco sosainas, así que le hemos añadido un poco de dulzor optativo en la lista de ingredientes.

¿Vamos allá?

domingo, 29 de septiembre de 2013

Asalto de septiembre: Macarrones Norma

Lo que viene siendo meterse en un berenjenal

Nunca he sabido exactamente qué aspecto tiene un campo plantado de berenjenas, pero siempre me lo he imaginado extraordinariamente frondoso, enmarañado y difícil de transitar. ¿Por qué si no iba la sabiduría popular a elegir justo esa plantación y no otra para referirse a meterse en un buen lío? Os podemos asegurar que habíamos pensado hace tiempo en esta receta de pasta con berenjenas para el reto asaltablogs de septiembre pero nos viene al pelo ahora que mezclar pasta y berenjenas es tendencia a raíz de las desafortunadas (por no decir impresentables) declaraciones de Guido Barilla sobre la no presencia de familias homosexuales en la publicidad de su marca. Dicho de otro modo, este señor se metió el otro día en un berenjenal de dimensiones monstruosas. Resumiendo, vino a decir que su pasta es solo para gente tradicional de toda la vida, que mariconadas las justas y que al que no le guste que se vaya a comprarle a otro. Según parece le están (estamos) haciendo bastante caso. A estas horas todavía no hay noticias de que Guido haya podido salir del bancal de berenjenas. Y ayer por la tarde la pasta de su marca estaba rebajada en Mercadona. ¿Coincidencia? No lo creo.

De cualquier forma, hoy venimos con esta receta de origen siciliano cuyo nombre homenajea a la ópera de Bellini y que es fruto de nuestro asalto al blog Cocina con Angi, que os recomendamos visitar porque además de tener recetas estupendas es muy agradable de ver y leer. Hemos cambiado un poco el procedimiento, mezclando la receta de Angi con esta de Giallo Zaferano, que es donde vamos nosotros a ver recetas de cocina italiana tradicional. En cuanto a la lista de ingredientes, no hemos tenido tiempo de buscar ricotta salata, así que hemos puesto mozzarella fresca, y la albahaca la hemos puesto de uno de esos tubitos de hierbas frescas envasadas en aceite que nos apetecía probar. Debo decir que ambas cosas fueron un acierto. La mozarella es suave y refrescante. La albahaca de tubo es muy superior a la seca de bote y es muy práctica, aunque lo mejor sigue siendo tener una planta en el balcón. 



Venga, basta de rollos, vamos a la receta:


viernes, 20 de septiembre de 2013

Tarta Sacher, más o menos.

Fotogénica sí es.

Como no todo puede ser chanza y cachondeíto, hoy nos toca lección de historia en EL TIO PEP. Y es que la cosa va de clásicos. Porque pocas ciudades europeas están tan unidas a ese apelativo como la ciudad de Viena, dónde hace más o menos doscientos años se inventó esta tarta que todos habréis oído nombrar y que hoy traemos aquí: LA SACHERTORTE (tarta Sacher). Una receta con nombre propio, con historia detrás y con un merecido prestigio. El cuento (wikipedia dixit) es más o menos así: En la Viena imperial de principios del siglo XIX, un príncipe poderoso quiere agasajar a un grupo de selectos invitados, y a uno de sus sirvientes, un joven aprendiz de repostero, deseoso de abrirse camino, se le ocurre colocar una fina capa de confitura de albaricoque entre dos planchas de bizcocho, y cubrirlas con una deliciosa cobertura de chocolate negro. Años después, el joven aprendiz se ha abierto camino y tiene su propio negocio, una tienda de vinos y delicatessen. Es entonces cuando un hijo suyo entra a trabajar en la prestigiosa confitería Demel, y empieza a preparar la receta de su padre, cosa que le encanta a sus jefes, los señores Demel. El muchacho, que ha heredado las ganas de medrar, acaba fundando su propia empresa, un coqueto hotel donde el postre estrella es, como no, su ya famosa tarta. Y claro, ya está el lío. A mediados del siglo XX la cosa llegó a pleito y los herederos de Demel y los de Sacher se pelearon por el derecho a utilizar el nombre, y la justicia dictaminó que el nombre es un poco de todos, pero que sólo los herederos de Sacher, que aún son los dueños del Hotel, podían llamar a su tarta "original sachertorte"

Esto no tiene mayor importancia más allá de la curiosidad histórica. El caso es que es una tarta muy rica y no demasiado complicada. Nosotros la hemos hecho nuestra, con un relleno de melocotón, que es lo que está acabando su temporada ahora mismo, un poco menos dulce y un poco menos fino de lo que sería adecuado en los salones vieneses, con trozos de melocotón y el regustillo refrescante y ácido del limón. Pero chica, Sissí, tampoco pasa nada si te encuentras un trozo de fruta y te toca (oh cielos) masticar un poquito. El relleno (no me atrevo a llamarlo confitura) está adaptado de nuestra receta de Tarta de Cerezas de Twin Peaks, y el resto de la receta está extraído de esta del siempre solvente blog Webos Fritos. Que nos perdone Herr Sacher!

Venga, vamos allá:

martes, 17 de septiembre de 2013

Dipeando que es gerundio (II): Tzatziki

¿Por qué lo llamarán Salsiqui?

Retomamos después de meses (sí, está claro, la constancia no es nuestra mayor virtud, ni la regularidad) la serie de salsas espesas especialmente adecuadas para presentar con unos aperitivos y quedar bien con un esfuerzo que tiende a cero. Si en la primera entrega nos decantábamos por el Hummus de garbanzos, que ya es casi un clásico, hoy nos vamos a Grecia para presentar este Tzatziki, que seguramente podría horrorizar a nuestros amigos griegos, como a nosotros nos horrorizan las paellas que se ven por el mundo. Aunque bien pensado, bastante les ha llovido encima a los pobres como para preocuparse porque un español al otro lado del mismo continente y de la misma crisis se equivoque con los ingredientes o las proporciones de una salsa suya. En todo caso, espero no ser asaltado en sueños por vengativas señoras vestidas de negro gritando "croña que croña!!!!". Y por favor, que me perdonen el recurso al tópico los griegos y griegas que puedan leer esto. 

El caso es que hacen falta sólo cuatro cosas para hacer esta receta refrescante y potente a la vez, aunque algunas recetas añaden hierbas y especias. La diferencia la marca la proporción de ingredientes y el nivel de triturado de los mismos. Para un dipeo, nos conviene que haya bastante pepino y que esté bastante grueso, así que nosotros tiramos de mortero y no de batidora, pero si os gusta más finolis, vosotros mismos. Lo más importante, sea como sea, es sacarle la mayor cantidad de agua posible al pepino antes de incorporarlo a la salsa. Aquí tenéis nuestro método pero hay muchos otros. La verdad es que nos quedó genial.  El tzatziki combina a la perfección con los típicos bastoncitos de verduras crudas o con chips de bolsa para los irredentos procalóricos. Pero eso sí, la mejor forma de tomarlo es con triangulitos de pan de pita, como explican en el blog  Hoy cocino yo. Venga, basta de teoría y vamos a ponernos.


sábado, 31 de agosto de 2013

Asalto de agosto: Croquetas de pavo y nueces, con curry


¿Monumento a la croqueta?

La verdadera belleza está en el interior

La croqueta es una de las cumbres gastronómicas de la cocina del día a día. Una combinación nada sencilla, si nos fijamos, de técnicas y procesos culinarios. Primero hay que hacer el sofrito, ligarlo con una bechamel, dejar la masa enfriar, porcionarla, empanarla, freírla...es decir, hacen falta muchas conexiones neuronales o muchos milenios de perfeccionamiento para inventar algo así. El símbolo perfecto de la civilización humana es, pues, la croqueta. Y es que todo esto culmina en un bocado que, cuando está bien hecho, es verdaderamente insuperable. Nosotros les tenemos especial cariño, como habréis notado con nuestro exagerado elogio, y a pesar de eso sólo habíamos publicado una receta croquetil, esta de croquetas de calabacín que por cierto está de plena temporada. 

Así pues, después de mucho husmear en el blog de Vivi Martínez, Hoy cocina Vivi, que tiene docenas de buenas recetas, nos decidimos a robarle las croquetas estas tan buenas que hoy os presentamos. Una perfecta combinación de fiambre de pavo, nueces y curry. Nosotros sólo le hemos aumentado la cantidad de pavo, por lo demás la receta es igual a la robada. Para los despistados, estamos en la tercera edición de El Asalta Blogs, un divertido reto mensual que nos lleva a toda una horda de blogueros a saquear todos a la vez a uno de nosotros. Lo pasamos teta, se aprende un montón y se conoce gente estupenda. Todo gracias a su inventora y Alma Mater, Conchy del blog Gastroandalusí.

Vamos a ponernos, que tenemos para un rato, pero es fácil:

viernes, 23 de agosto de 2013

Bizcochos en cadena, especiados

Hace muchos años que existen las cartas en cadena. Había una que alguna vez llegó a casa, en la que tenías que enviar una peseta (sólo valían rubias) a quince personas diferentes con una carta igual a la recibida, avisando que si no hacías lo propio mil desgracias se abatirían sobre ti. Una cosa así te dejaba mal cuerpo para una semana, porque o bien sucumbías al "por si acaso" y fastidiabas a quince personas, o bien te quedabas con el runrún del "a ver si" hasta que pasados unos días veías que la desgracia no venía a por ti y respirabas tranquilo. Pues bien, eso se ha adaptado a las nuevas tecnologías en forma de mail, estado de facebook, mensaje de whassapp y todo aquello en lo que la tontuna humana pueda meter el hocico. Perezón, vamos.

Esta cadena de hoy, sin embargo, es mucho más simpática. Alguien te regala un vasito con un engrudo y una receta de cocina, se supone que es una porción de masa madre centenaria de un convento de Sevilla, el de las Carmelitas Descalzas, para hacer bizcochos celestiales que además dan suerte. A mi me pasó el vasito Mar, del blog amanoyamaquina, que os recomendamos visitar, y la verdad es que no pude resistirme a aceptarlo. Sin embargo, mi natural escéptico me hizo dudar enseguida. Y seguro que a vosotros también. Me diréis que esta masa madre no debe ser muy activa, dado que debemos ayudarla con levadura química, y tendréis razón, que tantos días de inactividad no hay fermento que los resista, y seguramente acertaréis, que las Carmelitas Descalzas de Sevilla se dedican a la encuadernación y a los bordados y no a la repostería (según su web en la que no se menciona su ya famosa masa madre). el caso es que huele a falso, de acuerdo, pero el proceso es divertido, y el resultado tiene un toque muy especial. Nosotros Nuestra conclusión (y conste que no hemos investigado a fondo) es que merece la pena hacerlo. Por si alguna vez os llega alguien con el vasito, aquí tenéis nuestra receta, cuya mayor innovación fue hacerla en moldes individuales y especiarla con gengibre, nuez moscada y vainilla.

lunes, 12 de agosto de 2013

Espinacas en su jugo



Este verano está siendo un buen verano, aunque hoy volvemos al (otro) trabajo y no podemos evitar un cierto halo de tristeza post-vacacional. Pero esta semana pasada hemos vivido importantes y alegres acontecimientos familiares (hemos dado la bienvenida a un nuevo miembro, que nos ha convertido en El Tio Pep al cuadrado) y hemos celebrado un curioso evento gastronómico (una comida del alto imperio romano muy bien documentada de la que os hablaremos un día de estos). Unos baños de Mediterráneo por aquí, unas cerves en buena compañía por allá, unos bailoteos en cierto festival, una barbacoa entre amigos algún domingo que otro...en fin, que ya paro, porque esto corre el riesgo de convertirse en "otro despreocupado y falsamente optimista anuncio veraniego de cerveza". Pero entre estas y otras cosas, el balance de lo que llevamos de verano no puede ser sino muy positivo.

Volvemos, pues, con energías renovadas en mitad del tórrido mes de agosto con esta receta sencilla y resultona, verdulera total, sana, sabrosa y más fácil imposible. Mejor no os la puedo vender. En esta época que lo último que apetece es meterse largas horas en la cocina, un plato que se hace en veinte minutos, y si compras las espinacas de bolsa ya limpias y troceadas, en quince. Estas espinacas, que podrían haber sido perfectamente acelgas, se llevan comiendo en mi casa de toda la vida, porque además son ideales para que los niños no renieguen de comer verduras. Y para los jóvenes adultos "despreocupados y falsamente optimistas" también son una buena opción de lunes, un contrapunto ideal para un finde de excesos, aunque os va a apetecer mojar toneladas de pan en ese jugo maravilloso que dejan. 

Bueno, ¿vamos al tema? 

miércoles, 31 de julio de 2013

Asalto de Julio: Twin Peaks Cherry Pie

Ya sabréis que nos encanta la tele. Esto ahora está muy bien decirlo, da como prestigio, siempre que circunscribamos nuestra afición a un puñado de productos de primera fila que han conformado lo que se ha dado en llamar "la edad de oro de la ficción televisiva". Antes no era así, salvo honrosas excepciones. Pues bien, hoy nos detenemos en una de esas excepciones. Todo este fenómeno que ha explotado ahora tuvo un antecedente muy claro allá por los primeros años noventa. Una chica aparecía muerta, envuelta en plástico, junto a un río, en una gélida mañana de algún lugar del noroeste de Estados Unidos. Sólo esa especie de resplandor que la envolvía, la música cadenciosa de Angelo Badalamenti, un par de escenas, alguien decía "she's Laura, Laura Palmer"...y ya sabías que eso era otra cosa, que estabas ante algo nuevo que iba a cambiar tu forma de ver las series. El invento se llamaba Twin Peaks y tenía la firma, claro, del visionario de lo raruno, el señor David Lynch.

Y ahí, en esa serie impresionante, había un café y en el café servían, en palabras del agente Cooper, del FBI, la mejor tarta de cerezas del mundo. Con todos estos antecedentes, y siendo de naturaleza tan teléfaga como somos, no es de extrañar que al ir a asaltar el blog de este mes, que se llama Con las zarpas en la masa (ya sabéis que participamos en el divetido reto "el asaltablogs"), nos enamoráramos a primera vista de una receta que se llamaba "Twin Peaks Cherry Pie". Nos fuimos corriendo a hacernos con un deshuesador y nos pusimos a ello. Son muchas las variantes de esta receta que hay por el mundo blogueril, pero debemos decir que esta en particular es una maravilla en cuanto al sabor del relleno y la textura de la masa, aunque manejarla puede convertirse en un infierno.  Os avisamos que a nosotros la masa se nos volvió ingobernable, muy quebradiza, y que al desmoldarla se nos quebró aún más, dejando un resultado no muy aparente, aunque pudimos salvar los muebles y hacer unas fotos más o menos dignas. Pero todo eso se olvida al primer bocado, porque no había probado algo mejor en mucho pero que mucho tiempo, y la opinión es unánime en todo aquel que la prueba. Así pues, merece la pena la tinta que se suda al intentar montarla y luego desmoldarla en condiciones. Nosotros hemos aumentado un poco las cantidades y tiempos porque nuestro molde es más grande, pero en esencia la receta es la misma que la original. ¿Queréis verla?

jueves, 25 de julio de 2013

Escabeche de pollo y nuestro primer vídeo


Estar de vacaciones y estrenar teléfono al mismo tiempo es algo que a alguien como yo le puede costar muchas horas de perder el tiempo toqueteando el nuevo aparatejo hasta sacarle todo, o casi todo, su jugo. Y claro, no íbamos a dejar en el olvido nuestras obras de arte, así que hoy inauguramos nueva sección en EL TIO PEP con nuestra primera vídeo receta. A ver qué os parece. Sí, ya sé que la calidad es pésima, que la iluminación es pobre, que se ven sombras por todos lados y algunas cosas más que os dejo descubrir a vosotros. Pero lo he pasado muy bien intentando colocar con algo de solidez el móvil en el armario alto de la cocina, con dos brochetas, grabando las piezas e intentando darles algo de coherencia en el montaje. Sed benévolos, que es el primero. Espero pasar, como en nuestra tierna infancia de la EGB, del Necesita Mejorar de ahora al Progresa Adecuadamente de futuras ediciones.

La receta es un refrescante escabeche de pollo, sacado del primer libro de Mikel López Iturriaga, que a su vez había publicado en Ondakin, el blog de El Comidista antes de ser El Comidista. Nosotros le hemos añadido la ensalada de melocotón como acompañamiento para rebajar el sabor a vinagre. Venga, vamos allá, empieza la sesión:  



viernes, 5 de julio de 2013

Magdalenas de almendra, cacao y girasol

Sería un poco pretencioso por nuestra parte decir que hemos encontrado la magdalena de chocolate definitiva, pero sí os diré que al menso es la definitiva de las que nosotros somos capaces de inventar basándonos en nuestro viejo conocido el bizcocho 1,2,3. En esta ocasión hemos mantenido la fórmula de medir los ingredientes con el envase del yogur, pero no es 1,2, 3, sino más bien 1, 2, 1,1,1'5.

Comprenderéis que este galimatías queda un poco raro como nombre de una receta, por mucho que nos hubiera gustado plantearlo como homenaje a la ópera prima de George Lucas. Así que lo nombraremos magdalena y lo apellidaremos con la lista de ingredientes. Vayamos por partes: el cacao en polvo (si es de una determinada marca de la vecina localidad de Villajoyosa mejor que mejor) se está conviertiendo en uno de mis ingredientes favoritos para chocolatear cualquier cosa repostera. Como está desengrasado y desazucarado es una bomba de sabor que apenas afecta, en mi opinión, a las proporciones de otros ingredientes como el azúcar o el aceite. De la almendra molida poco tenemos que decir, ya sabéis que nos encanta, la hemos puesto en dulce y en salado, y volverá a aparecer más veces. Hoy le da un toque estupendo a nuestras magdalenas. Y el aceite de girasol, al ser más suave, no se nota en el sabor, así que por una vez nos apeamos de la defensa a ultranza de la oliva. Y para rematar, confesamos este pecadillo añadiendo unas pipas que nos gustaron por su toque salado y crujiente. Vamos, que con todo este batiburrillo, nos salieron muy bien y fueron un gran éxito. Si fue talento o casualidad, lo dirán los siguientes intentos. Yo me inclino más por lo segundo. Ya os contaré.

domingo, 30 de junio de 2013

Tabulé fruto de un asalto


La vida definitivamente está hecha de casualidades, o bien podemos llamarlo destino, o bien es que Dios, como dijo Einstein, juega a los dados con el Universo. No es que hayamos vuelto a ver el principio de Magnolia, la fabulosa película de Paul Thomas Anderson, que también. En esta ocasión, lo que nos ha llevado a reflexionar en plan cuántico es una simple sémola de trigo. Os cuento: llevábamos tiempo queriendo preparar un tabulé, porque hay uno en particular que nos gusta mucho y queríamos imitarlo. Se trata del que hacen a veces para el menú del día del Pikadura café, en la Explanada de Alicante. No me preocupa hacerles publicidad porque son amiguetes, pero no me acababa de atrever a pedirles la receta, así que se fue quedando en la lista de pendientes y casi la había olvidado.

Pero un buen día de finales de primavera, una simpática bloguera granadina, Conchi, del blog Gastro andalusí, pensó dinamizar la red cocinillas del país con un reto llamado el asaltablogs, al que nos apuntamos sin dudarlo porque nos pareció una idea fantástica. Se trata de que todos asaltemos a la vez un blog, le robemos una receta y la publiquemos el mismo día, a la misma hora. ¿No es una idea brillante? Como EL TIO PEP está hecho de robos perpetrados con más o menos acierto, no podíamos resistirnos a participar. 

Mientras tanto, o mejor dicho unos meses antes, en la hermosa región de Murcia, un simpático bloguero llamado Raúl bajó un día a la tienda del señor árabe de su barrio a comprar cus cus y se volvió a casa con una receta de tabulé y unas mezclas de especias muy especiales. De la primera hizo un remix con sus primeras pretensiones, le salió buena y la publicó en su blog. El blog se llama Contigo en la playa, y es el blog que casualmente fue elegido por Conchi para ser el primer asaltado. Total, que mucho tiempo después yo he conseguido imitar e incluso superar mi tabulé favorito gracias a la cósmica unión de una bloguera granadina, un bloguero murciano y un señor árabe que a saber qué avatares habrá vivido hasta llegar a la huerta del Segura. ¿No es apasionante? Para que luego digan que el destino no existe, aunque sea escondido en un bol de ensalada.

Pues sí, aquí está el fruto de nuestro asalto, procedente de esta receta de Tabulé del blog de Raúl. Aparte de la presentación hecha con idea de ser originales, no tiene mayores cambios.Os recomiendo, eso sí, que os paséis por Contigo en la playa, porque todas sus recetas son fantásticas y muy sencillas, y el sitio es agradable de ver y de leer, con un toque vintage, como de película de Eric Rohmer (no sé si es casual la referencia a su film Pauline en la playa, pero yo lo meto por si cuela). También es una pasada el blog de la organizadora de todo este tinglado, Gastro Andalusí, a la que agradecemos desde aquí la dedicación y el currele que se ha pegado. 


viernes, 21 de junio de 2013

Escalivada AKA rostit

Hoy llega oficialmente el verano, ya estamos a las puertas de San Juan, la gente se ha tirado a las playas y encima vamos a tener luna llena. Para más inri, aquí en Alicante estamos en plena fiesta grande. Nuestras hogueras (a las que aprovecho para invitar a todos nuestros lectores) son un despliegue de luz, color, pólvora, ruido y fiesta que se vive en las calles. Así que, ya sea por reminiscencias licántropas (echadle un ojo al enlace, merece la pena como ejemplo de la creatividad alicantina, ya que estamos haciendo patria), o por las aglomeraciones en las mascletás o simplemente por el calor, la ropa ligera y la longitud de los días, estamos todos un poco más nerviosetes de lo normal, como con la temperatura de la piel un par de grados más elevada. Yo por lo menos estoy un pelín deshasosegado, como Iñaki en este ninot, perdonadme el detalle procaz.

Sea como sea, el cuerpo agradece estos días comida ligera y refrescante, fría y con pocas complicaciones. Y encima si se puede preparar con antelación y es transportable, pues mejor. Esta opción de hoy es perfecta para cenar en la playa antes de ponerse a saltar hogueras, y en Alicante para llevarla al racó (combina perfectamente con la coca amb tonyina, un must alicantino que os prometí pero con el que no acabo de atreverme). En mi casa se le ha llamado toda la vida rostit (literalmente "asado"), pero el nombre canónico debería ser escalivada, pues está claramente muy entroncado con esta preparación de raigambre catalana. El único secreto es vigilar el horno para conseguir ese punto de cocción ideal en el que las cebollas ya no están duras pero la berenjena no se ha chumascado. Los Josedavides que nos lean nos dirían que lo que hay que hacer es asar por separado cada cosa, y podéis hacerlo cuando tengáis mucha cantidad, pero a mi me gusta hacerlo todo a la vez para ahorrar tiempo, energía, y tener cada cosa con un puntito diferente de cocción le da un toque muy interesante. Bruto que es uno.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Coca de tomates y espinacas


 "Me viene a la boca un sabor a coca". Esta frase, propia de un festero irredento en una mañana de resaca, fue pronunciada ayer, sin embargo, por Samantha Vallejo-Nájera en horario de máxima audiencia en la televisión pública de este país. Y es que en el programa número ocho de Master Chef España, emitido ayer día 28 de mayo, se nos adelantaron planteando como prueba de eliminación la preparación de una coca, según ellos una "coca catalana". El caso es que nosotros teníamos en reserva esta coca de masa "alicantina" y cobertura inventada, así que aprovechando la ocasión, pues aquí la tenéis. Os avisamos que si hubiéramos estado en la prueba de anoche seguramente hubiéramos sido los eliminados, porque a nosotros nos gusta que la masa sea algo gruesa y más esponjosa que crujiente. Además, le pusimos queso, cosa que la desvirtúa y la "pizzea". Para rematar pusimos demasiado pronto las espinacas y se quedaron un poco secas (pero ya os lo he rectificado en los tiempos de la receta). Aún así fue un éxito de crítica y público, porque también tiene sus aciertos: los piñones tostaditos y el caramelizado de los tomates cherry, por ejemplo. Y esos colorines tan vistosos. Y que se deje crecer la masa una vez estirada, cosa que le da aún más ligereza. 

La receta es la misma que la de nuestra coca de atún y cebolla, que salió de esta de mi hermano publicada por su mujer. Todo queda en casa.

viernes, 17 de mayo de 2013

Nocilla dream (tarta mousse de nocilla)


Todos (por lo menos todos los que éramos críos en los 80) tenemos en algún rinconcito del alma una rebanada de pan de molde, que entonces era simplemente bimbo, untada de nocilla, y una melodía sencilla pero resultona que es, en realidad, la primera receta de cocina que muchos aprendimos: ya sabéis: leche, cacao, avellanas y azúcar. Si alguien al leer esto no ha entonado mentalmente alargando la última aaaa, es que no tuvo infancia. Yo, la verdad, la nocilla no la veía más que en los cumpleaños, pero aún hoy perparamos unos cuantos sandwiches cada vez que nos juntamos los amigos para celebrar alguno, para regodearnos una vez más en nuestro patético peterpantismo. 

El poder de tótem generacional de esta marca que no debería citar tanto (porque no me pagan) queda claro en el hecho de que haya dado nombre hasta a una corriente literaria. Agustín Fernández Mallo escribió una trilogía con el nombre en el título (nocilla dream, nocilla experience y nocilla lab se llamaban los libros) y de ahí se empezó a denominar "Generación nocilla" a un grupo de escritores de más o menos la misma edad.

Hecho el apunte gafapastoso del día, vamos a lo que vamos. A una tarta de mousse de nocilla que está riquísima y no necesita horno, se hace muy fácil si sabes el truqui para montar nata y claras de huevo, que os explicábamos aquí, y si tienes la precaución de servirla muy fría, casi helada. Sea como homenaje a nuestra infancia o a la trilogía de Fernández Mallo (no en vano también es una trilogía de base, mousse y cobertura) el caso es que está buenísima y es un triunfo asegurado. La receta salió de esta del blog Bocados de cielo, aunque nosotros hemos cambiado la base de bizcocho por una de galletas y ellos cometieron el sacrilegio de llamarla "mousse de nutella", polémica en la que no vamos a entrar.



lunes, 13 de mayo de 2013

Dipeando que es gerundio (I): Hummus

Después de un paréntesis publicador (por el que pedimos disculpas a la legión de fans que están todo el día mesándose los cabellos desesperadas por volver a leernos) aquí estamos otra vez. Deberíamos haber vuelto a lo grande, con algún plato sofisticado de los que podrían dejar sin palabras al mismísimo jurado de Master Chef (programa-engendro que despierta nuestro más sincero amor-odio y del que tenemos pendiente una entrada), pero no, aquí estamos con una de esas cosas resultonas que consisten, básicamente, en abrir un bote y usar una batidora. Queremos iniciar una serie dedicada al noble arte del dipeo, ya sabéis, esas salsas tipo paté que te solucionan un aperitivo en un pispás y que recorren la geografía mundial. La serie la inauguramos hoy con el archiconocido hummus, una joya de la cocina mediterránea muy extendida entre esa tribu entrañable de gente que no come carne y le encuentra sabor al tofu. Pues esto es, poco más o menos, un paté de garbanzos, y oiga, para ser vegetariano no está mal.

Recetas hay muchas, todas se basan en los garbanzos y el tahini, que es una pasta de sésamo de intenso sabor y gran untuosidad. Como comprenderéis, en encontrarle el punto a las proporciones de ambas está el secreto. Por lo demás es posible añadirle muchas cosas. Por ejemplo, el blog vegetariano de referencia, Vegetal y tal, nos sorprende con esta receta que incluye cebolla y una versión con remolacha, nuestros amigos de  cocinar-con-ciencia hicieron este con queso de cabra que tiene pinta de estar muy rico. En La receta de la felicidad publicaron este otro de exquisita presentación y que usa ajos asados. Nosotros, para ser el primero, queríamos irnos a lo básico, que fuera sólo un poco más que abrir el paquete del Mercadona, y nos decantamos por seguir esta receta del blog Javi Recetas, cuya solvencia queda demostrada, ya que si pones hummus en google, sólo le gana la wikipedia. Nosotros lo hicimos todo igual, pero sin el perejil y con menos ajo, pero eso es una cuestión de manía personal sin ningún fundamento. Os escribo lo que hicimos a continuación, pero cualquiera de los enlaces de arriba os servirá igual o mejor.


viernes, 19 de abril de 2013

Pepe's famous carrot cake

Esta semana ha salido el sol y ha llegado el calorcito a las Españas, así que estamos todos medio histéricos con las lorzas acumuladas en los meses de frío, y medio país está a dieta, ha empezado a correr o las dos cosas. Pues nosotros al revés, hoy proponemos la mayor bestialidad calórica que ha pasado por aquí. Una de esas recetas de la señora granjera de la América profunda que igual te hace una colcha que te enseña a manejar un rifle de repetición. Una tartaza de las que te hacen comprender por qué la mortalidad asociada a la obesidad ha superado por primera vez a la asociada con el tabaco en USA. Una preparación que es una bomba de hidratos de carbono y grasazas de lacteos en toda regla. Sí, amiguitos, por mucho que en su título y en su interior lleve verdurita, no os hagáis ilusiones. Engorda y mucho. Como dijo alguien el otro día, con cosas como esta hay que pasar de la operación bikini a la operación burka. 

Pero una alegría al cuerpo hay que darse de vez en cuando. Y si estamos gordos (soy el primero en entonar el mea culpa), eso tiene más que ver con hábitos de vida poco saludables (incluida una mala alimentación en general) que con comerse un trozo de maravillosa carrot cake un día, una vez, en un cumpleaños, como hicimos nosotros el otro día. Al tratarse de una tarta de cumpleaños, no tengo una foto en condiciones del corte, así que tendréis que imaginaros lo bonito que queda. Porque queda espectacular, y está espectacular. Y no tiene más complicación que el momento de cortar el bizcocho por la mitad para rellenarlo. No es para tanto, pero podéis prescindir de este paso si no os veis con maña suficiente. Yo también empecé haciéndolas sin relleno, pero cuando te atreves la cosa mejora bastante, y los pequeños fallos son fáciles de disimular.

Y de ahí en adelante, el número de pisos es opcional. Las cantidades que aquí damos son para un sólo bizcocho, partido por la mitad y, por lo tanto, con tan solo una capa de relleno. Canónicamente, sin embargo, estas tartas son más altas, así que si queréis ganar el primer premio de la feria del condado, tendréis que hacer dos o más bizcochos y añadirle más pisos. Vosotros mismos.




viernes, 12 de abril de 2013

Blondie, con pistachos


Mientras escribía el título de esta entrada me estaba imaginando a Debby Harry, cantante de la ochentera  banda Blondie, cantando impertérrita Hearth of Glass (como podéis ver aquí). Hasta aquí todo normal, pero en mi imaginación, mientras coge el micro con una mano, con la otra va comiendo pistachos y escupiendo las cáscaras al suelo, dejando el escenario manga por hombro. Asociaciones de ideas algo bizarras, pues, hoy en El Tio Pep. No es que tenga yo noticia de incivismo por parte de Mrs Harry, no vayáis a pensar, más bien al contrario. Que los Blondie se volvieran a reunir con éxito en los noventa y mantuvieran el tipo con un tema como Maria es digno de admiración. Y encima me entero gracias a Google que hizo sus pinitos como actriz coprotagonizando esa marcianada de David Cronnembergh llamada Videodrome. Así que le pedimos perdón desde aquí a Debby, en el remoto caso de que lea estas líneas.

El caso es que la entrada de hoy no tienen nada que ver con la escena pop de décadas pasadas. Blondie, sencillamente, es como se le llama normalmente a un brownie (o especie de) hecho con chocolate blanco en lugar de negro. El resultado es, como podréis aventurar, mucho más suave, bastante dulce y con poco sabor a chocolate. "Para eso hago un brownie", pensaréis. No os falta razón, pero la textura de este bizcocho y la costrita crujiente que se le forma de verdad que merecen la pena. La receta es del libro de The Hummingbird Bakery del que os hablábamos aquí. Eso sí, los pistachos son cosecha propia. Yo intenté pelarlos escaldándolos (como se hace desde siempre con las almendras) y el resultado fue desastroso. Así que, hasta que encontremos algún truco más efectivo, los pondremos con piel (que no cáscaras, no confundir). Se agradecerán aportaciones en este sentido en la zona de comentarios.


viernes, 5 de abril de 2013

Guinness cheese-frosted (or not) cupcakes

O lo que es lo mismo, magdalenas de cerveza negra con cobertura de queso crema, o no. Pero no me negaréis que, ya que nos ponemos en plan cuqui-mono, no es más chuli dejar el título en inglés, osea. 

Ya sé que he despotricado contra la moda cupcakera en más de una ocasión, y sigo siendo un detractor de la pastelería que se come (solamente) por los ojos. Las tartas escultóricas que más parecen figuras de lladró que pasteles (que son, perdonadme la osadía, incomibles y ni siquiera son bonitos, en la mayoría de los casos) ocupan el primer puesto en mis manías. No puedo sino reconocer el mérito en horas de trabajo que llevan, pero no son cosas para comer sino para admirar. Y hacer pastelería en casa con productos químicos propios de la pastelería industrial me parece ya un despropósito del tamaño de la provincia de Cuenca ¡Abajo el fondant!

Bueno, dicho esto, os preguntaréis qué narices hago publicando una receta de cupcakes. En primer lugar, tienes que abrir una lata de cerveza negra para hacerlas, cosa que refuerza tu yo menos cursi porque solo usas la mitad, y algo tienes que hacer con el resto. Más allá del chascarrillo, esta masa de intenso sabor a cacao tiene una textura estupenda y está deliciosa. Para acabar de quitarnos el sentimiento de culpa, nuestro frosting no incluye mantequilla y le ponemos un copete más bien comedido, escaso para los adictos a la glucosa. También podemos prescindir de él, pero le da un toque muy especial, y el resultado es de un elegante blanco y negro que parece que en lugar de tomarte un pastelillo estés metido en una comedia sofisticada del hollywood clásico. 

La receta está más que documentada en la red, pero parece ser que la autoría se atribuye generalmente a la sin par, televisiva y británica Nigella Lawson. Yo tomé las proporciones de esta publicación del blog Mar entre fogones, y  lo único que hemos adaptado es el tiempo del horneado al tamaño pequeño de nuestros pasteles individuales, magadalenas, cupcakes o como queráis llamarlos.

martes, 2 de abril de 2013

Risotto verde de champiñones y espinacas

Parece un contrasentido que la primera receta de arroz de un bloguero alicantino sea un risotto, pero la razón es puramente práctica: todos por aquí tenemos impreso a fuego en la cabeza, el corazón y las papilas gustativas, ese arroz perfecto que suele coincidir con el de nuestro padre en un domingo de campo, nuestra abuela en aquellas reuniones familiares de mesa interminable o el chiringuito playero favorito de nuestras infancias, cuando podíamos pasarnos todo el día al sol sin crema protectora, pero era peligrosísimo bañarse hasta pasadas dos horas del último bocado. En suma, que con tal cúmulo de símbolos sagrados y nostalgias varias es muy difícil competir. Y no seré yo quien se atreva, que ya sabéis que estamos medio empezando en esto de los fogones y no es cuestión de ir por la blogosfera haciendo el ridículo.  Mucho mejor una receta extranjera para pegarse el pegote de arrocero y salir del paso con algo de dignidad. Así, si te dicen, por ejemplo: "Nene, este arroz está engachado", puedes responder: "Es que es así", y quedarte tan ancho. 

La fuente de nuestra receta es esta de  JaviRecetas, pero hemos añadido las espinacas y reducido la cantidad de arroz. Allí encontraréis, además, buenos consejos sobre el risotto y un enlace a la mejor manera de hacer un caldo de verduras. El risotto parece muy complicado, pero mi experiencia es que no tiene mayor secreto que prestarle un poco de atención y que el caldo sea bueno. Porque el caldo aquí lo es todo, ya que el arroz lo que hace es absorber todo su sabor. Yo seguí a pies juntillas las instrucciones que os enlazo arriba, pero le añadí también unas espinacas para potenciar el sabor y el color verdes del plato final. Y fue todo un éxito. Eso sí, quizás motivado por la ausencia de italianos en la mesa de ese día.

jueves, 28 de marzo de 2013

Mini torrijas de vino y miel


Estos días parece que no eres nadie en la blogosfera cocinillas si no publicas una receta de torrijas. Dulce típico de estas fechas cuaresmales, se supone que es, en origen, una manera energética y barata de compensar la falta de alimentos contundentes impuesta por el ayuno. Total, que ahora que no ayuna ni el tato, y como mucho los más practicantes cambian la carne por pescado, lo que hacemos con las torrijas es atocinarnos un poco más, o algunos mucho más, casi en las proporciones de la época navideña, y más este año, que acabamos de salir de los buñuelos y en unos días estaremos, como siempre, con una mona de Pascua entre manos.

Pero bueno, no quiero yo añadir un plus de culpabilidad a estos días que supuestamente son de contricción y comedimiento. En El tio Pep ni somos muy comedidos ni tendemos al arrepentimiento y a la penitencia, así que comprenderéis que no somos los fans número uno de la Semana Santa. Pero si una tradición incluye un manjar supercalórico que meternos entre pecho y espalda, allá que nos vamos. Hemos aprovechado que en casa no tenemos, vete tú a saber por qué, una receta familiar de torrijas, para inventar las nuestras en tamaño mini, utilizando, de manera bastante heterodoxa, panecillos secos, los de los canapés de toda la vida, unidos de dos en dos con un poco de miel en el centro y bañados en vino dulce. El resultado es bastante digno, a pesar de su extrema facilidad. Basta con tener cuidado a la hora de empaparlos y freírlos, porque es más fácil pasarse por culpa de su sequedad y su pequeño tamaño. Por lo demás, se hacen en lo que tarda en calentarse el aceite. 


martes, 26 de marzo de 2013

Pollo campero asado en vino tinto



Hace poco ha sido mi cumpleaños, como sabréis los que hayáis leído nuestra anterior entrada sobre los buñuelos del día de San José. Pues bien, para celebrarlo me metí en el lío de invitar a mi familia a comer a casa. Y aunque les parezca una aberración a los gurmets más ortodoxos que pasen por aquí, les di pollo de comer. La verdad es que iba en busca de un trozo de carne con algo más de categoría, pero el chico de pueblo algo agarrado que llevo dentro le ganó a la pija por un día que pretendía ser, y aproveché una oferta de pollo campero que había en el súper. Me sentí un poco culpable por no haber ido a la carnicería como era mi primera intención, y porque el precio tan bueno parecía dar a entender que alguien había estado agotando las reservas de colorante amarillo del país, ya me entendéis, y que el pollo de campero tendría poco más que el nombre. Pero debo decir que no fue así. Nos la jugamos con una preparación en rustidera con vino tinto en lugar de blanco, con cebollas, champiñones y unas pasas de uva moscatel rehidratadas en vino de idem. Y para acompañar, unas patatas asadas a la vez, pero en recipiente aparte. Y el resultado, aunque no diera para crear una franquicia a lo Gustavo Fring en Breaking Bad (nota friki del día), fue bastante decente. Qué demonios, estaba buenísimo. Al menos eso me dijeron mis comensales. Pero claro, la familia siempre es benevolente.

Lamentablemente, debo advertiros que los tiempos que indicamos son orientativos. Cada horno tiene unas características, y la intuición del cocinero para jugar con las temperaturas y los distintos programas de que disponga valen más que llevar a rajatabla la receta. De cómo se asa una carne en el horno podéis encontrar muchas opiniones en la red, algunas contradictorias. A mi me gusta, cuando se trata de pollo con su piel y tal, empezar fuerte para que se dore un poco por fuera, y luego bajar bastante la temperatura y dejarlo un largo rato hasta que acaba de hacerse, mojándolo de vez en cuando con un poco de su propio jugo o, como en el caso de hoy, con el vino con el que lo acompañamos. También leí no sé donde que conviene sacar la carne de la nevera como un par de horas antes de hornearla. Yo lo hago y me va bien, aunque no sé si tendrá alguna clase de influencia. Si queréis una opinión con algo más de peso, podéis leer este reciente artículo sobre horneado en webos fritos. Por cierto, la foto es de un trozo de pechuga que sobró, los muslos volaron. Con esta pechuga hicimos una grandiosa ensalada César. Pero eso, como se dice en las películas clásicas, ya es otra historia.


lunes, 18 de marzo de 2013

Bunyols de carabassa (buñuelos de calabaza)

"Que yo recuerde, desde que tuve uso de razón quise ser un gangster", decía Ray Liotta al principio de uno de los nuestros, la genial película de Martin Scorsese. Yo, como el personaje de Liotta a ser un gangster, también estaba predestinado desde el principio a aquello que mi entorno hacía casi obligatorio: Llamarme Pepe. No solo porque mis dos abuelos se llamaran Pepe, mi padre Pepito y mi tía Pepitina (así como suena), sino porque vine a nacer un día de san José de hace ahora 37 años. Total, que aunque mi madre en principio no quería, acabó transigiendo a las presiones familiares y acabé llamándome Jose en casa y Pepe en la calle, y muchos años más tarde, gracias a Carlos y Ana, acabé siendo El Tio Pep, cosa que me sirvió de título para la cosa esta del blog. Pero eso ya es otra historia.

La historia de hoy es con los buñuelos. Porque, por razones obvias, tengo el aroma de los buñuelos arraigado en lo más profundo de mi imaginario familiar, infantil y sentimental. No en vano, cuentan por ahí que mi madre estaba friendo buñuelos cuando se puso de parto. Así que comprenderéis que no se note ambiente de San José en casa hasta que no empezamos a oler un poco a aceite de fritanga. Recetas de buñuelos hay tantas como Pepes, aquí os dejo la nuestra, que es la de calabaza. Las cantidades que damos son más o menos la mitad de una buñolada en condiciones, pero yo prefiero hacer dos tandas para controlar mejor el tema de la levadura. Más allá del hecho identitario al que aludíamos antes, lo mejor de hacer buñuelos es que hacen falta dos personas para que queden perfectos. Uno se hace cargo de la buñolera y el otro de vigilarlos, darles vuelta y pasarlos al papel absorbente. Casi todo es más fácil si se hace con ayuda. Como dice Elsa Punset: "No es magia, es inteligencia emocional".  Y en este caso, sabiduría familiar.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Brócoli con gratinado de cebolla y almendra

Cuando vi el estreno del programa Cocina conmigo, presentado por el chef Rodrigo de la Calle, pensé inmediatamente en la escena en la que Meg Ryan fingía un orgasmo en Cuando Harry encontró a Sally. Como la señora del final de la escena, yo también quise haber desayunado lo que sea que Rodrigo se zampe antes de grabar, porque menudo derroche de energía y alegría despliega el tío en el plató. Lo podéis ver en el canal Nova, sobre las 13:00 h, los domingos.

El caso es que Rodrigo de la Calle, principal exponente de una tendencia conocida como gastrobotánica y famoso por sus preparaciones vegetales, ha bautizado al brócoli como la superverdura Y por eso yo he empezado este post hablando de él, para justificar una segunda receta de brócoli en tan poco tiempo. Y también para recomendaros su programa, que conste. Tras la crema del otro día, hoy os proponemos este gratinado mucho más tradicional pero también muy rico, que es nuestra versión de este del blog Pa amb Tomàquet, que con ese nombre no podía sino estar lleno de cosas apetecibles. Lo único que puede sonar a nuevo aquí es la almendra en la bechamel, que da un toque muy interesante. Y para terminar, una advertencia: es un plato sencillo, pero necesita varios cacharros y genera un fregadero muy lleno. El que avisa no es traidor.